El mindfulness o atención plena como concepto psicológico se basa en la concentración de la atención y la consciencia en el momento presente con una actitud de aceptación y apertura. Basado en el concepto de conciencia plena desarrollado en antiquísimas tradiciones orientales como el budismo, pero desprovista de connotaciones religiosas o de otro tipo que vayan más allá de una visión pragmática enfocada a resultados. Testada por la ciencia, existen multitud de estudios científicos y clínicos que avalan la eficacia y el beneficio de su práctica.
Algunos de los beneficios que el Mindfulness proporciona a los niños:
- Mejora el aprendizaje, la atención, la creatividad y el rendimiento académico.
- Pueden concentrarse mejor e ignorar las distracciones.
- Les ayuda a regular sus emociones, a encontrar la tranquilidad y el equilibrio cuando se sienten enfadados, angustiados, molestos…y a sentirse más seguros.
- Aumenta la introspección, ven más claramente lo que sucede en su interior, en su exterior, en los demás y en su entorno.
- Desarrollan la compasión y la amabilidad hacia sí mismos y hacia los demás.
- Mejora habilidades como la paciencia, la empatía, la alegría por el bienestar de los demás o la ecuanimidad.